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La inflamación es un mecanismo de defensa del cuerpo humano necesario para eliminar infecciones y células no funcionales deletéreas, induciendo apoptosis o muerte celular. Una vez el proceso es reparado, la inflamación desaparece de forma fisiológica.

En determinadas circunstancias, este proceso inflamatorio se cronifica de forma poco intensa pero constante. En estas situaciones, ya no actúa como un mecanismo de defensa sino como un problema, induciendo, con frecuencia, muerte celular innecesaria.

Durante estos últimos años, la comunidad científica ha llegado al consenso en relacionar el envejecimiento con procesos de inflamación crónica. Sabemos que durante las primeras décadas de la vida ,la balanza se inclina hacia la regeneración celular frente a la apoptosis, equilibrio que va revirtiendo fisiológicamente con la edad, probablemente mediante la actividad de “mediadores” como las citoquinas inflamatorias (por ejemplo el TNFα).

Muchos investigadores en todo el mundo trabajan con el objetivo de poder modular este equilibrio entre moléculas inflamatorias y antiinflamatorias, tratando de conseguir romper o enlentecer este proceso inflamatorio crónico y la muerte celular asociada, y asi conseguir un “envejecimiento saludable”.

El Síndrome del ojo seco (Dry Eye Disease DED) afecta a cientos de millones de personas en todo el mundo. Se trata de una alteración sintomática, caracterizada por un círculo vicioso de inestabilidad de la película lagrimal (necesaria para una correcta visión y la preservación de la superficie ocular) e hiperosmolaridad, que desemboca en un proceso inflamatorio de la superficie ocular, daño secundario y anomalías neurosensoriales. Un ojo seco moderado o severo se puede manifestar con dolor, sensación de cuerpo extraño, lagrimeo y fotofobia, provocando una limitación en la realización de nuestras actividades normales, vitalidad y salud reducida y, a menudo, depresión.

En la fisiopatología del síndrome del ojo seco frecuentemente asociado a una inflamación crónica subclínica y a otros cambios asociados con el envejecimiento), sabemos hoy en día que la deficiencia acuosa (aqueous deficient dry eye ADDE) y el exceso de evaporación (evaporative dry eye EDE) coexisten como un todo, por lo que elementos y características de ambos deben de tenerse en cuenta tanto en el diagnóstico como en el tratamiento.¹

Excelvit^® es una matriz orgánica, compuesta por cientos de moléculas (proteínas, ácidos grasos y Vit B₁₂) que, conceptualmente, proporcionan los nutrientes específicos necesarios para inducir limpieza de toxinas, regeneración celular y mejora de la función tisular. Debería, por tanto, ayudar a controlar la inflamación crónica asociada al envejecimiento y la regeneración de los tejidos. ^2,3,4,5

La Vitamina A es un grupo de compuestos orgánicos nutricionales insaturados. Tienen múltiples funciones, teniendo un papel importante en el crecimiento de las células epiteliales, el mantenimiento del sistema inmunitario y la visión.

La Vitamina C, la Vitamina E y la Luteina son potentes antioxidantes con un potencial beneficio sobre el sistema inmunitario, procesos de envejecimiento, integridad endotelial y el metabolismo de las lipoproteínas.

El cobre, el selenio y el zinc son oligoelementos necesarios para la formación de enzimas antioxidantes que participan en aquellos procesos de protección del daño celular.

La Vitamina D₃ tiene un papel importante en la proteccion del sistema inmunitario y la zeaxantina protege potencialmente las mucosas superficiales, como la conjuntiva, del daño inducido por la radiación ultravioleta.

Los ácidos grasos poliinsaturados Omega 3 y 6 se utilizan con frecuencia en el manejo de los pacientes con ojo seco. En cualquier caso, hoy en dia, la evidencia de su utilidad es mas bien incierta e inconsistente⁶.

También existen evidencias cada vez mas significativas del beneficio del ejercicio físico moderado y de un adecuado periodo de sueño diario en el enlentecimiento de los procesos biológicos de envejecimiento, así como en la protección del sistema inmunitario.

1. TFOS DEWS II The Ocular Surface October 2017

2. Mahmoudi, M.; Ebrahimzadeh, M. A.; Pourmorad, F.; Rezaie, N.; Mahmoudi, M. A. (2013): Anti-inflammatory and analgesic effects of egg yolk: a comparison between organic and machine made. En: European review for medical and pharmacological sciences 17 (4), pág. 472–476.

3. Sugino, Hidetoshi; Ishikawa, Makoto; Nitoda, Teruhiko; Koketsu, Mamoru; Juneja, Lekh Raj; Kim, Mujo; Yamamoto, Takehiko (1997): Antioxidative Activity of Egg Yolk Phospholipids. En: J. Agric. Food Chem. 45 (3), pág. 551–554. DOI: 10.1021/jf960416p.

4. Sun, Chen; Zhang, Shicui (2015): Immune-Relevant and Antioxidant Activities of Vitellogenin and Yolk Proteins in Fish. En: Nutrients 7 (10), pág. 8818–8829. DOI: 10.3390/nu7105432.

5. Xiao, Nanhai; Zhao, Yan; Yao, Yao; Wu, Na; Xu, Mingsheng; Du, Huaying; Tu, Yonggang (2020): Biological Activities of Egg Yolk Lipids: A Review. En: J. Agric. Food Chem. 68 (7), pág. 1948–1957. DOI: 10.1021/acs.jafc.9b06616.

6. Downie LE et al Cochrane Database Sust rev 2019